He elegido el tema de la educación, ahora que tanto se habla de la integración en la educación ordinaria, os voy a contar mis dos experiencias en dos colegios diferentes: uno público y otro concertado, en ambos ha estado el mismo periodo de tiempo: cinco años. En uno estuvo incluida en su clase y en el otro estuvo integrada, lo cual es muy muy diferente.
Lo que os voy a contar es mi experiencia, lo que vivimos y como nos sentimos, es solamente un ejemplo; no quiere decir que todos los colegios públicos o concertados sean iguales.
Cuando Mini yo iba a cumplir tres años, y a sabiendas que la etapa de Educación Infantil (de los tres a los cinco años) no era obligatoria decidí que fuera a un Colegio de Educación Ordinaria que contase con todos los apoyos que ella necesitaba, porque sus médicos me habían recomendado que estuviera con niños sin problemas ya que por imitación aprenden más. Así que en la Consejería de Educación me dijeron dos Colegios, los dos públicos; pedí cita con los dos Directores, uno no me enseño el Colegio alardeando que ellos llevaban más de veinte años con niños de integración y el otro no sólo me enseñó el Colegio, sino que pude hablar con el fisioterapeuta, el logopeda y la Educación Infantil se daba en otro edificio anexo con su patio y todo. Con lo cual después de las dos visitas lo tenía muy claro: iba a elegir aquel que pude conocer bien: el Colegio Publico María Blanchard.
He de añadir que se admiten dos niños con Necesidades Educativas Especiales por aula, y Mini Yo entro a su clase junto con otro niño, y que en esa época no sabía y luego supe que la Consejería de Educación da una asignación económica al Colegio por cada niño con Necesidades Educativas Especiales.
Cuando Mini Yo con tres años comenzó la Etapa Infantil, no tenia diagnostico, no hablaba, no andaba y no controlaba esfínteres; entendía todo lo que le decías y se comunicaba: bien por señas o llevándote hasta lo que ella quería. Durante la Etapa Infantil, su profesora la cuidaba, y se preocupaba de ella y desde luego había una buena comunicación conmigo. Tengo que contar que la profesora conocía a mi familia por una hermana suya. Al terminar la Etapa Infantil: con cinco años, Mini Yo tenía diagnostico, hablaba con media lengua o lengua de trapo, andaba (muy inestable, pero lo hacia) y controlaba esfínteres. A nivel de conocimientos, estos estaban bajo mínimos, vamos que no tenía los conocimientos ni de un niño de tres años.
Cuando terminó esta Etapa, había que plantearse si seguir en Infantil o pasar a Primaria; desde el Colegio me indicaron que lo mejor era que pasase a Primaria pese a no tener conocimientos porque estaba muy integrada en el grupo y que la sociabilidad era muy importante. Yo, en ese momento, pensaba que el Colegio lo decía pensando en que era lo mejor para Mini Yo: gran error, grandísimo error...lo hacia solamente para tener dos niños en cada curso y obtener más dinero.
Cuando Mini yo iba a cumplir tres años, y a sabiendas que la etapa de Educación Infantil (de los tres a los cinco años) no era obligatoria decidí que fuera a un Colegio de Educación Ordinaria que contase con todos los apoyos que ella necesitaba, porque sus médicos me habían recomendado que estuviera con niños sin problemas ya que por imitación aprenden más. Así que en la Consejería de Educación me dijeron dos Colegios, los dos públicos; pedí cita con los dos Directores, uno no me enseño el Colegio alardeando que ellos llevaban más de veinte años con niños de integración y el otro no sólo me enseñó el Colegio, sino que pude hablar con el fisioterapeuta, el logopeda y la Educación Infantil se daba en otro edificio anexo con su patio y todo. Con lo cual después de las dos visitas lo tenía muy claro: iba a elegir aquel que pude conocer bien: el Colegio Publico María Blanchard.
He de añadir que se admiten dos niños con Necesidades Educativas Especiales por aula, y Mini Yo entro a su clase junto con otro niño, y que en esa época no sabía y luego supe que la Consejería de Educación da una asignación económica al Colegio por cada niño con Necesidades Educativas Especiales.
Cuando Mini Yo con tres años comenzó la Etapa Infantil, no tenia diagnostico, no hablaba, no andaba y no controlaba esfínteres; entendía todo lo que le decías y se comunicaba: bien por señas o llevándote hasta lo que ella quería. Durante la Etapa Infantil, su profesora la cuidaba, y se preocupaba de ella y desde luego había una buena comunicación conmigo. Tengo que contar que la profesora conocía a mi familia por una hermana suya. Al terminar la Etapa Infantil: con cinco años, Mini Yo tenía diagnostico, hablaba con media lengua o lengua de trapo, andaba (muy inestable, pero lo hacia) y controlaba esfínteres. A nivel de conocimientos, estos estaban bajo mínimos, vamos que no tenía los conocimientos ni de un niño de tres años.
Cuando terminó esta Etapa, había que plantearse si seguir en Infantil o pasar a Primaria; desde el Colegio me indicaron que lo mejor era que pasase a Primaria pese a no tener conocimientos porque estaba muy integrada en el grupo y que la sociabilidad era muy importante. Yo, en ese momento, pensaba que el Colegio lo decía pensando en que era lo mejor para Mini Yo: gran error, grandísimo error...lo hacia solamente para tener dos niños en cada curso y obtener más dinero.
Así que tanto Mini Yo como su otro compañero con Necesidades educativas Especiales de Educación Infantil pasaron a Primaria, el primer día de clase, ya tuve el primer disgusto: al terminar las clases, mi madre recogió a Mini Yo, todos sus compañeros salían con una carpeta que les había dado su "profesor" menos Mini Yo y cuando mi madre preguntó porque su nieta no tenía carpeta, su respuesta fue: "no ha traído los libros". Así que al día siguiente Mimi Yo fue con todos los libros, que no los quería absolutamente para nada pero ella volvió a casa con su carpeta como el resto de sus compañeros. Viendo que transcurría el primer trimestre y no tenia libros ni material adaptado a ella, solicité su adaptación curricular y quince días más tarde me convocaron a una reunión, a la que acudimos mi madre y yo, y menos mal que no fui sola porque al llegar aquello parecía el Tribunal de la Santa Inquisición, allí estaba el Director, el Jefe de Estudios, el Secretario, el Fisioterapeuta, el Logopeda y una persona de la Consejería, solamente faltaba el "profesor" de Mini Yo. En la reunión me entregaron su adaptación curricular que era como el Libro Gordo de Petete, nos trataron como si mi madre y yo fuésemos analfabetas (ambas tenemos carreras), de mala madre porque según ellos estaba saturando a Mini Yo con el trabajo, y Mini Yo tenía que jugar. Debo aclarar tres cosas: una que Mini Yo después del colegio acudía a tres sesiones de fisioterapia y a una sesión de piscina por semana, dos que Mini Yo siempre se ha levantado muy temprano a las 06:30 ó las 07:00 y siempre con ganas de aprender (lo sigue haciendo en la actualidad), y tres que sus médicos de Madrid siempre me han recomendado que cuanto más se trabaje más se consigue.
Como os podéis imaginar el curso fue un calvario, porque el "profesor" no quería que Mini Yo hiciese salidas sino era llevando su silla, o quería que la volviera a poner pañales porque alguna vez se le escapó algún pis; y yo le dije que:"para atrás ni para tomar impulso". Al llegar el mes de Junio, y cuando iban a hacer la excursión de fin de curso se nos ánimo a ir con nuestros hijos y decidí hacerlo. Durante la excursión ningún niño jugó con Mini Yo, ninguno compartió sus chuches... y ahí me di cuenta (antes ya había intuido algo, pues Mini Yo solamente me hablaba del otro niño con Necesidades Educativas Especiales) que Mini Yo no estaba integrada sino incluida, pero el Colegio contaba con un buen fisioterapeuta y eso era fundamental para ella. Acabó el curso y Mini Yo pasó a Segundo de Primaria con los conocimientos de un niño de tres años, y al llegar el inicio del curso compruebo con sorpresa que le ha tocado el mismo "profesor" yo no lo podía creer: el calvario continuaba nueve meses más. Así que decidí que era su último año en aquel Colegio y me fui derechita a mi antiguo Colegio: las Teresianas (Castroverde), Colegio Concertado, solicité una reunión y me hicieron una entrevista junto con Mini Yo, me hablaron de todo y me comentaron que en el Colegio no había fisioterapeuta, pero como Mini Yo iba a uno particular no había problema. Pero existía un gran inconveniente el Colegio Castroverde tiene un montón de escaleras y en aquella época Mini Yo no las subía ni las bajaba. Me dijeron que si Mini Yo conseguía subir y bajar escaleras no tenia ningún problema de admisión. Así que ese fue nuestro reto, a partir de ese momento su fisioterapeuta se centro en que aprendiera a subir y bajar escaleras, y cuando íbamos juntas a cualquier sitio, nada de ascensor sino escaleras, así a base de trabajar lo consiguió y al año siguiente pudo ir al Colegio Castroverde.
Dijimos adiós al Colegio Publico con una gran alegría, aunque ellos pretendían que pasase a Tercero porque estaba muy integrada en su grupo; pero yo lo tenía muy claro: abandonábamos ese Colegio para ir al Castroverde.
El primer año que pasó en el Castroverde, hizo Segundo de Primaria y estaba en clase con su amigo de Necesidades Educativas Especiales que también había ido al Colegio Publico y que abandonaron juntos. Desde el primer momento Mini Yo tuvo libros y material adaptados a sus conocimientos, hubo una coordinación tanto con el fisioterapeuta como con el logopeda, y había una comunicación fluida conmigo. Y por primera vez y no fue la unica Mini Yo fue invitada a un cumpleaños de un compañero de clase: eso es integración. Al acabar ese curso, Mini Yo volvió a hacer Segundo de Primaria (tercera vez) porque lo mejor para ella era estar con niños más pequeños y sobre todo porque no tenía los conocimientos. En este curso y en los siguientes era la unica niña con Necesidades Efucativas Especiales en su clase. Luego hizo Tercero, Cuarto y Quinto con el mismo grupo, y en este Colegio si estaba integrada porque al terminar Quinto Mini Yo iba a abandonar la Educación Ordinaria para estar solamente en Educación Especial, y no os podéis imaginar la despedida que la hicieron... y como a día de hoy le siguen teniendo un gran cariño y cuando la ven se ponen muy contentos.
Por eso aunque hablemos de Integración en Educación hay que diferenciar, y muchas veces y en muchas ocasiones no es Integración sino Inclusión, y no se parece absolutamente en nada.
Como os podéis imaginar el curso fue un calvario, porque el "profesor" no quería que Mini Yo hiciese salidas sino era llevando su silla, o quería que la volviera a poner pañales porque alguna vez se le escapó algún pis; y yo le dije que:"para atrás ni para tomar impulso". Al llegar el mes de Junio, y cuando iban a hacer la excursión de fin de curso se nos ánimo a ir con nuestros hijos y decidí hacerlo. Durante la excursión ningún niño jugó con Mini Yo, ninguno compartió sus chuches... y ahí me di cuenta (antes ya había intuido algo, pues Mini Yo solamente me hablaba del otro niño con Necesidades Educativas Especiales) que Mini Yo no estaba integrada sino incluida, pero el Colegio contaba con un buen fisioterapeuta y eso era fundamental para ella. Acabó el curso y Mini Yo pasó a Segundo de Primaria con los conocimientos de un niño de tres años, y al llegar el inicio del curso compruebo con sorpresa que le ha tocado el mismo "profesor" yo no lo podía creer: el calvario continuaba nueve meses más. Así que decidí que era su último año en aquel Colegio y me fui derechita a mi antiguo Colegio: las Teresianas (Castroverde), Colegio Concertado, solicité una reunión y me hicieron una entrevista junto con Mini Yo, me hablaron de todo y me comentaron que en el Colegio no había fisioterapeuta, pero como Mini Yo iba a uno particular no había problema. Pero existía un gran inconveniente el Colegio Castroverde tiene un montón de escaleras y en aquella época Mini Yo no las subía ni las bajaba. Me dijeron que si Mini Yo conseguía subir y bajar escaleras no tenia ningún problema de admisión. Así que ese fue nuestro reto, a partir de ese momento su fisioterapeuta se centro en que aprendiera a subir y bajar escaleras, y cuando íbamos juntas a cualquier sitio, nada de ascensor sino escaleras, así a base de trabajar lo consiguió y al año siguiente pudo ir al Colegio Castroverde.
Dijimos adiós al Colegio Publico con una gran alegría, aunque ellos pretendían que pasase a Tercero porque estaba muy integrada en su grupo; pero yo lo tenía muy claro: abandonábamos ese Colegio para ir al Castroverde.
El primer año que pasó en el Castroverde, hizo Segundo de Primaria y estaba en clase con su amigo de Necesidades Educativas Especiales que también había ido al Colegio Publico y que abandonaron juntos. Desde el primer momento Mini Yo tuvo libros y material adaptados a sus conocimientos, hubo una coordinación tanto con el fisioterapeuta como con el logopeda, y había una comunicación fluida conmigo. Y por primera vez y no fue la unica Mini Yo fue invitada a un cumpleaños de un compañero de clase: eso es integración. Al acabar ese curso, Mini Yo volvió a hacer Segundo de Primaria (tercera vez) porque lo mejor para ella era estar con niños más pequeños y sobre todo porque no tenía los conocimientos. En este curso y en los siguientes era la unica niña con Necesidades Efucativas Especiales en su clase. Luego hizo Tercero, Cuarto y Quinto con el mismo grupo, y en este Colegio si estaba integrada porque al terminar Quinto Mini Yo iba a abandonar la Educación Ordinaria para estar solamente en Educación Especial, y no os podéis imaginar la despedida que la hicieron... y como a día de hoy le siguen teniendo un gran cariño y cuando la ven se ponen muy contentos.
Por eso aunque hablemos de Integración en Educación hay que diferenciar, y muchas veces y en muchas ocasiones no es Integración sino Inclusión, y no se parece absolutamente en nada.