En septiembre es el cumpleaños de Mini Yo y este año cumple dieciocho años, una edad importante en la vida de casi todos nosotros porque alcanzamos la mayoría de edad, podemos votar, conducir un coche...y aunque Mini Yo no pueda hacer nada de lo dicho anteriormente y su status no cambiará sustancialmente porque no será un adulto como el resto; quería hacerle un regalo muy especial y que lo recordase con cariño durante mucho tiempo. Así que pensé en algo que realmente le pudiera gustar y se me ocurrió llevarla a Disneyland París porque las dos veces que habíamos ido a la Warner se lo había pasado de maravilla y le había encantado. Pero sinceramente no me apetecía ir sola con ella, y se lo comenté a mi hermana para que vinieran ella y mi sobrina Celia, hablando las dos sobre el viaje me dijo que era mejor que nos acompañará Juan, mi sobrino, porque así él podría quedarse con ellas mientras nosotras no subíamos en algunas atracciones ya que Celia y Mini Yo no se podían quedar solas esperándonos a la salida; cuando Bea se lo dijo a Juan, él dijo que ir a un viaje sólo con chicas no le apetecía demasiado y que quería que fuese su padre. Así que al final la familia de mi hermana ha venido al completo porque sabían que era un regalo que quería hacerle a Mini Yo y que Mini Yo lo disfrutaría mucho más con ellos. He de decir que tanto Bea como mi cuñado Ramón han sido muy "generosos" con nosotras porque además de gastar días de vacaciones para ir con nosotras también hay que tener en cuenta el coste del viaje y todos ellos habían estado en Disney hace cinco años.
Dicho todo esto nos fuimos del 30 de mayo al 3 de junio y el viaje no empezó muy bien ya que nada más llegar al aeropuerto de Bilbao vemos que nuestro vuelo tiene un retraso de tres horas, que finalmente fueron dos y que gracias a las tiendas, las nuevas tecnologías y las chuches no se nos hizo demasiado pesado, pero fue una lata sobre todo por el madrugón que nos habíamos dado. Una vez aterrizados en el aeropuerto de Paris, nuestro transfer tampoco estaba, así que llamamos por teléfono y a los cinco minutos llegó y ya nos fuimos a Disney porque nuestro hotel estaba en el parque y al llegar cola para hacer el check-in, pero cola de las que vas entre bandas, vamos algo increíble y que no había visto en mi vida. Después de dejar las maletas nos fuimos al parque, y a partir de este momento empezamos a disfrutar de todo y con todo.
Una vez en el parque nos habían dicho que teníamos que ir al Ayuntamiento para hacer la tarjeta de Mini Yo, y ahí fuimos y nos llevamos una sorpresa súper agradable: el parque está pensado para personas con discapacidades muy diversas, con la tarjeta de Mini Yo y al ser menor se podían subir con ella en las atracciones cuatro personas más y a los espectáculos podían ir con ella dos personas más, eso sí siempre tenia que estar un adulto con ella; junto con la tarjeta te dan un plano del parque indicándote a que atracciones se pueden subir. Además de las facilidades de acceso ya que no tienes que esperar grandes colas tengo que decir que todo el personal es amable, simpático, empático y muy cariñoso, no solo con Mini Yo sino con otros niños con discapacidad, escribiendo esto recuerdo con lagrimas en los ojos la sonrisa de felicidad de un niño tetrapléjico que subió con su hermano en los elefantes voladores y mientras veíamos como su padre lo cogía en brazos para sentarle junto a su hermano a mi hermana y a mi se nos pusieron vidriosos los ojos al verlo y mi sobrino Juan me dijo que teníamos mucha suerte con Mini Yo.
Mini Yo ha disfrutado como nadie de este viaje, le ha gustado muchísimo subir a unos coches que conduces por un circuito (Autopia), se ha montado tantas veces que ya la conocían por su nombre las personas que estaban trabajando allí.
Y sabéis lo que más la ha gustado? las montañas rusas, cuanto más altas y con más vueltas mejor se lo pasaba; como dijo mi hermana: "digna heredera de su madre" pues a mí cuando era un poco más joven me han encantado y me subía a todas. Y que conste que me he subido en todas con Mini Yo en Disney y las he gozado. Y cómo descubrimos que la gustaban las montañas rusas? pues gracias a mi hermana porque Mini Yo vio la "uve" y quiso subirse conmigo, y la verdad es que a mi no me apetecía y me daba miedo por ella porque cuando va a las ferias en una pequeña montaña rusa "Super ratón" chilla, grita y se ríe como una posesa. Pero Mini Yo seguía insistiendo, y mi hermana y cuñadin se subieron con ella, y al terminar vino corriendo hacia mi diciendo que quería montarse otra vez; y a partir de ese momento se subió en todas las montañas rusas de los dos parques varias veces al día.
También disfruto viendo y haciéndose fotos con Mickey, Minnie, Donald y sobre todo con su favorito, Whinnie the pohh.
He de decir que hemos subido todas las veces que queríamos en todas las atracciones gracias a Mini Yo, y mi hermana así se lo dijo a mis sobrinos para que cuando Mini Yo no se porte bien con ellos recuerden lo bien que se lo han pasado, y que han subido en todo lo que han querido, sin esperar grandes colas, gracias a su prima especial.
La verdad que ha sido un viaje inolvidable para todos, pues la "magia" de Disney es contagiosa y recuerdas tus momentos felices de la niñez con los personajes de las películas, pero sobre todo hemos disfrutado de la cara de felicidad y de la permanente sonrisa de Mini Yo, y le ha gustado tanto que está deseando volver.
Y entre todos le hemos hecho un inolvidable regalo de dieciocho cumpleaños que recordará a través de las diferentes fotos que tiene en un álbum que se compró allí.
Os dejo una foto de Mini Yo y mía andando por la calle principal.
Es un blog personal donde la mama de Mini Yo cuenta como es la vida de una niña con discapacidad y reflejaré nuestras emociones, opiniones, vivencias, deseos, frustraciones...Como superamos y afrontamos las dificultades del dia a dia. Y como dice esta frase : "Lo fácil ya lo hice, lo difícil lo estoy haciendo, para lo imposible tardaré un poco más, pero lo lograré ".
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