5 de octubre de 2015

!Sorpresa, sorpresa!

Os acordáis de ese programa? Pues este pasado sábado hemos hecho como Isabel Gemio...sorprender a nuestros padres. Me explico: el viernes mis padres celebraban sus 50 años de casados y estaban en Madrid pues suelen ir por esta época, que fue el lugar donde se casaron.
Así que lo que empezó en una cena de "hermanas" en las que surgió la idea de ir a Madrid y sorprenderles...terminó convirtiéndose en una misa en la misma Iglesia y a la misma hora, y en una comida en el mismo hotel donde celebraron su banquete.
Y empecé a organizarlo todo aunque estábamos siempre conectadas por whats app y todos los mails iban con copia para que no se perdieran detalle de como iban las cosas: hable con la iglesia para que el cura los nombrará, dejará que mis sobrinos leyeran unas peticiones y yo pudiera leer un texto dedicado a ellos al final de la misa, después hable con el Hotel Wellington y pedí presupuesto para una comida familiar, les comenté que estábamos buscando el menú original para que pusieran algún plato, el dichoso menú no aparecía por ninguna parte, y eso que buscamos y buscamos, y gracias a una de mis tías (que estuvo tres tardes revolviendo papeles) encontramos el menú original, así que se lo envié por mail al Hotel y plasmaron algunos de los platos del primitivo menú. Después pedí permiso en el trabajo que me concedieron y luego además queríamos regalarles un reloj a mi padre y una sortija a mi madre para que además del recuerdo tuvieran algo que les hiciera revivir esos momentos cada vez que mirasen la hora en el caso de mi padre y la sortija en el caso de mi madre.
Así que mis padres se fueron a Madrid a finales de Septiembre que no sabéis lo aliviadas que nos sentimos pues hablaron varias veces de no ir hasta este lunes y temblábamos de tener de decirles que tenían que ir pero gracias a mi hermana que vive en Madrid y les dijo que se había cogido el día libre para pasarlo con ellos y que después no iba a estar porque tenia un viaje de trabajo, mis padres decidieron hacer el viaje y nosotras suspiramos tranquilas. Una vez en Madrid, mi madre le dice a mi hermana que el día de su aniversario van a ir a misa a la misma iglesia y luego podían ir a comer al Wellington, mi hermana estaba alucinada y les quito la idea de la cabeza diciendo que en Madrid había sitios súper chulos para comer y no un hotel de cinco estrellas que seguro estaba lleno de vejestorios y era muy serio y aburrido, que era mejor que ellos fueran solos otro día.
El sábado a las diez de la mañana llegamos a casa de mi hermana, cuando mi madre nos vio a todos empezó a llorar, llorar y llorar, y no era capaz de leer la invitación de boda que les habíamos hecho, después todos nos fuimos a misa y allí empezó a llorar mi padre, la misa fue muy emotiva y bonita, y después al hotel donde disfrutamos de una estupenda comida y les encantó tomar platos basados en el menú de 1965, ver los dos menús impresos, y donde el subdirector les felicitó por sus bodas de oro y por volver a estar allí 50 años después, y a los postres llegaron los regalos... y hay unas maravillosas fotos de la cara de alegría, emoción y sorpresa de mi madre.
Y esta fue la mejor manera de celebrar sus bodas de oro, una sorpresa que durante mucho tiempo permanecerá en nuestros recuerdos y para que cuando algo se nos olvide hay unas fotos que demuestran lo felices y contentos que estábamos ese inolvidable día todos juntos.

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